Jesús es Vida

«En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.» Juan 1:1-4

Si preguntamos a varias personas quién es Jesús, probablemente obtendríamos diferentes respuestas. Algunos dirán que es el mismo Dios o el Hijo de Dios quien dio su vida por nosotros, otros dirán que fue un hombre sabio, un profeta, otros que fue un charlatán, otros piensan que es solo un mito que nunca existió. Pues bien, la verdad de quién es Jesús la encontramos en la Biblia.

Empecemos diciendo que Jesús es nuestro creador. Participa de la creación de todo lo que existe (Juan 1:1; Génesis 1:1-26). Es más, dice la Palabra de Dios que «todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» (Juan 1:3). Entonces Él creo la luz y la oscuridad, los cielos, la tierra, los mares, la hierba, los árboles, el sol, la luna, las estrellas, los peces, las aves, los animales terrestres, el hombre (varón y hembra los creo). Él creo la vida, de Él nace la vida (Juan 1:4 PDT, TLA). Y sin embargo, a pesar de que le pertenecemos, de que nuestra vida le pertenece, le hemos rechazado (Juan 1:10-12) (Mateo 8:34). ¿Cuál es la reacción de la gente cuando le presentamos a Jesucristo? Aun siendo cristianos hay circunstancias en las que nos olvidamos de las enseñanzas de nuestro Señor. ¿Qué pasaría si Jesús viniera hoy al mundo, lo rechazaríamos?

Por eso dice la Palabra que «estábamos espiritualmente muertos a causa de nuestros pecados y ofensas contra Dios» y «merecíamos que Dios nos castigara con su enojo» (Efesios 2:1-5 PDT). La evidencia de nuestra muerte espiritual es todo lo negativo que hay dentro de nuestro corazón (Ira, rencor, deseos de desquite, angustia, ansiedad, intolerancia, ambición desenfrenada) (Efesios 5:3-7; Colosenses 3:5-9a). Pero Jesucristo es nuestro restaurador. Él nos permite nacer de nuevo (Juan 3:3), y lo hace por medio del Espíritu Santo (Juan 3:5; Tito 3:5). Él nos lleva de la muerte espiritual a la vida, y vida en abundancia (Juan 10:10). El verdadero cristiano puede dar testimonio de la restauración que Cristo ha hecho en su vida, y que seguramente seguirá haciendo.

Finalmente, y tal vez lo mas importante, tengamos siempre presente que Cristo es nuestro Salvador. Nos da la vida eterna. No hay ningún otro medio para tenerla (Juan 14:6). Dios no envió a su hijo Jesucristo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de Él. Así seamos nosotros hacedores de buenas obras, el único medio para obtener la vida eterna es Jesucristo, nuestro Señor. Solo tenemos que creer en él (Juan 3:16-18; Romanos 10:9-10). Hay dos caminos, el cielo o el infierno, la vida eterna o la condenación eterna. ¿Qué le dirías a Dios si te preguntara por qué debo dejarte entrar al cielo?

Piense un momento en cómo es su relación con Cristo. ¿Cuál es su actitud hacia él? ¿Es realmente su Señor? ¿Qué tanto piensa en Él? ¿Ha restaurado su vida? ¿Alguna vez se ha detenido a pensar en lo que significa la Vida Eterna?

Deja un comentario